Gran Huelga de 1954 |
Por Joaquín Baldemar Alvarado
"Se debe luchar para que los obreros sean actores de sus conquistas y de su propia historia". Monseñor Adolfo Uriona.-Español.
El sindicalismo hondureño ha tenido sus deficiencias, casi siempre las conquistas y sobre todo en lo que tiene que ver con solidaridad se han quedado cortos,si esto no es verdad echemos una mirada al conflicto del Aguán en donde los trabajadores agrícolas y los campesinos se juegan la vida a diario por la sobrevivencia de sus familias y de su propia vida.
El sindicalismo nunca ha sido capaz de detener los avances del capitalismo,a los que ha ido adaptándose dejando a un lado los principios y la esencia de su lucha.
La historia del sindicalismo hondureño es la sucesión de sus luchas y sus fracasos,de sus intentos vanos que han dado al traste con muchas de sus aspiraciones clasistas. También es cierto que en sus competencias han habido logros y conquistas,siendo la Gran Huelga de 1954 la gesta obrera que fue capaz de poner contra la pared a los grandes patronos bananeros,la Tela Rail Road Company y Standard Fruit Company respectivamente. Es necesario decir tambien que despues de aquellos grandes logros y en las últimas décadas desaparecieron las jornadas de estudio sindical, la clarificación sobre los instrumentos de lucha como es la presión popular, el paro parcial, el paro indefinido, la toma de la fabrica y la huelga indefinida, aparentemente todo esto es historia del pasado. Tal pareciera que algunos de sus dirigentes se han incorporado al avance del enemigo de clase: el patrón.
Seguramente por eso buena parte del sindicalismo optó por "jugar dentro" para conseguir mejoras y evitar retrocesos,pero tampoco ha funcionado,a la larga dicha estrategia ha resultado ser su propia trampa.Además esa opción le ha llevado a fortalecer al capitalista,en dicho trance sus fundamentos,que son sus aspiraciones,su nivel de lucha,su capacidad de presión, solidaridad se han evaporado velozmente.
Hoy un capitalismo neo-liberal triunfante,de la mano de un gigantesco desarrollo tecnológico, han adquirido una capacidad de dominación sin precedentes,hasta el punto de dejar sin espacio,sin tinta,ni papel al sindicalismo de cualquier color,sea blanco,amarillo rojo o mixto (que los hay, los de doble discurso). Es dudoso que el capitalismo en si sea fuerte, indudablemente que en estos momentos sufre crisis cada vez mayores y pasa por riesgos que parecen insalvables,sin embargo,su capacidad para imponerse es enorme,como enorme es su capacidad para enfrentarse a lo que se le oponga. Sin ser reemplazado por ningun otro movimiento social -la Resistencia por ejemplo-, el sindicalismo ha venido de más a menos,esa sucesión de hechos, de inmovilismo,de acomodo y de renuncia a sus postulados,en algunos casos para conseguir LO POSIBLE, lo ha llevado a un callejón sin salida,frente a una clase capitalista despiadada,corrupta,semi-feudal y expoliadora, que no quiere,no puede, ni debe ceder ante nada, según sus ideólogos. El pacto social que demanda Honduras en estos,momentos,como es la Constituyente no les interesa,porque saben que se eleva el riesgo de perder grandes privilegios.
Debemos decir que el repliegue a que ha llegado el sindicalismo hoy día se remite a lo concreto, pero parcial, poco a poco se va quedando sin escenarios importantes para su lucha. Al capitalismo que nos circunda, irracional e irreductible no se le debe discutir aspectos parciales o marginales,es imperativo en primer lugar,defender las conquistas alcanzadas ( en esto se ha cedido mucho terreno) y en segundo lugar es plantearse una lucha totál,es decir distribuir bien las hormonas y las neuronas y elevar los métodos a la lucha política. Para ilustración estudiar el fenómeno político creado por Ignacio Lula Da Silva en Brasil.
Se necesita repensar y refundar el sindicalismo en Honduras,lo que seguramente pasa por recuperar lo perdido,para ello hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿como podemos cuestionar y enfrentar al capitalismo en su totalidad cuando no somos capaces de defender los derechos conquistados ? Derecho que no se defiende es derecho perdido dice una consigna sindical.
A la pregunta anterior hay que darle una respuesta coherente,no de consigna,ni con posturas radicales,tampoco con proclamas panfletarias,si,con respuestas que tengan incidencia práctica.
Necesitamos que el sindicalismo se reinvente,hay que buscar respuestas,en primer lugar a lo cotidiano,no importa que vivamos en tensión social;hay que senti,pensar y vivir la lucha,desde el descontento que nada tiene que ver con el desanimo,mucho menos con el desaliento,esa lucha hay que elevarla al plano mayor: a la lucha política,buscando coincidencias con las propuestas con sentido popular.
En los acontecimientos que le sucedieron al nefasto golpe de Estado del 28J / 2009, es digno reconocer que individualmente muchos obreros se incorporaron a la lucha repudiando el golpe de Estado,es decir como ciudadanos,pero como movimiento o plataforma sindical beligerante no recurrieron a los mecanismos que articulan la respuesta sindical masiva,combativa y decisiva. Por su actitud vacilante e indecisa hubieron autores nacionales que señalaron la vacilación y el cálculo sindical como es el caso de Julio Escoto,quien apuntó en el prólogo de nuestro libro Honduras: Entre la Rebelión y la Utopía: " la sociedad nacional que en un giro felino se organizó de manera espontanea y constituyó un sorprendente movimiento de Resistencia como nunca antes había conocido-y menos esperado-capaz de mantener en vilo al régimen de facto y hacerlo temer,entre Julio y Septiembre de 2009,su expulsión. Batalla que hubiera sido ganada--dígase la verdad-- si el gremio obrero sindicalizado se hubiera sumado a la lucha en vez de practicar cierta dudosa inercia de complicidad"
Si la masa obrera participó sin linea de algunos de sus dirigentes, la historia los redime como obreros, a sus dirigentes los condena.
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