La apuesta del Estado hondureño es que los casos de desaparición forzada continúen siempre en la impunidad.
La
dirigente humanitaria afirma que con el gobierno de Lobo se profundizó
la violencia contra periodistas, campesinos, trabajadores sociales.
“Todas las estructuras de poder se sintieron legitimadas una vez que
Honduras retornó a la OEA.”
Por Gustavo Veiga
Su mirada triste, apagada, parece llevarse bien con la fuerza de sus
convicciones. Esa combinación de apariencias transmite serenidad,
aplomo, como si su dolor hubiera sido reciclado para dar lucha, la lucha
a la que se entregan los que han sufrido. Bertha Oliva es hondureña,
coordina el Cofadeh (Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en
Honduras) y estuvo de visita en Buenos Aires, donde fue distinguida en
el Ciclo Marzo, Mujer y Memoria. Compartió allí una jornada con Nora
Cortiñas, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Antes de regresar a su país dialogó con Página/12 y dijo que
“lamentablemente, tenemos tanto trabajo porque hay muchas violaciones a
los derechos humanos. Yo quisiera pensar que algún día no será así,
porque ese día, entonces, habrán mermado estos delitos. Pero ahora hay
ejecuciones, asesinatos, amenazas, torturas, persecución, tenemos que
sacar gente hacia el exterior. Y estamos hablando de lo que pasa hoy en
Honduras”.