Galel Cárdenas
Eric Martínez y Alfredo Villatoro, dos periodistas con
diferentes formas de pensamiento, pero unidos por una sola categoría: son seres
humanos de carne y hueso, que se levantan, trabajan, poseen un hogar, se
alimentan, viven, pasean, lloran, ríen.
Pero, la sociedad hondureña, no ha pedido o solicitado ni un
golpe de Estado, ni una represión, ni los asesinatos, ni las persecuciones,
nada de eso, la sociedad hondureña ha pedido al mundo, a los dirigentes
nacionales de los partidos políticos, de las instituciones estatales, a los
amigos del país, ha demandado paz, tranquilidad, libertad, tolerancia,
solidaridad, etc.
Porque nuestro pueblo pleno de madurez, de serenidad, de
paciencia y calma frente a los crueles acontecimientos que se manifiestan con
muestras dolorosas de muerte brutal y deshumanizada, sólo quiere que las fuerzas políticas
coyunturales de la nación se disputen en un ambiente de paz, de democracia, de
libertad y de respeto por la vida humana, el poder político para re-encausar el
país, re-fundarlo, y re-estructurarlo en todas sus dimensiones, de manera integral, en donde la
soberanía del pueblo sea precisamente el eje vertebral de la dirección del
Estado para que la paz y la concordia surjan desde los escombros de muerte,
persecución, injusticia, inequidad, corrupción generalizada, hacia una nación
donde todos los que vivimos en ella co-existamos en un modelo de
país con valores humanistas, de amor hacia el hombre sencillo,
trabajador, emprendedor, honrado,
íntegro, decente y sano.
Han muerto valiosos seres humanos compatriotas, por la vía
del asesinato, desde el 28 de junio de 2009, y se suman por centenas, no por
decenas, en los que se deben sumar los 24 periodistas que han ofrendado su vida
a la patria, sin otro compromiso que decir la verdad, sea esta de un color o
sea ella de otro matiz, verdades relativas que se comparte en el seno más hondo del
pueblo, de la sociedad nacional.
Vivimos momentos de macabros planes de violencia en contra de
la palabra dicha, de la verdad política, de los proyectos libertarios
partidistas, en donde nuevos liderazgos surgen desde la misma entraña de la
pobreza, de la marginalidad social, desde la vivencia extrema de la miseria,
allá en las aldeas, caseríos, ciudades remotas y olvidadas por un sistema
político que ha finalizado su vigencia de una democracia falaz, demagógica, injusta
en todos los sentidos, modelo que ha hundido en la más completa desigualdad social,
económica y cultural a los ciudadanos de la nación de Francisco Morazán, José
Trinidad Cabañas y Lempira.
Eric Martínez y Alfredo Villatoro, dos dimensiones diferentes
de la vida periodística, han sido unidos por un mismo fenómeno violento: el
asesinato, el secuestro y la impunidad.
Sus muertes sólo ilustran el país que nos han modelado, nos
han impuesto, nos han decantado los poderes fácticos inhumanos, al margen de la
gran fuerza creadora de un pueblo en
resistencia, en lucha por una sociedad
justa, equitativa, democrática.
Que la muerte de estos dos periodistas, que sus asesinatos que han aterrorizado y aterrorizan a la
hondureñidad, no quede impune como todas las muertes después del 28 de junio de
2009.
Honduras necesita paz, concordia, armonía en todas sus
aristas sociales y políticas, requiere proyectos de plena democracia en la institucionalidad
jurídica del Estado, demanda solidaridad humana, justicia y sobre todo,
tolerancia de todos los tonos, matices y colores, ideas y propuestas de
libertad sin límites.
Que pesar con tanto crimen, pero llegara el dia en que estos criminales se encuentren en la carcel. LIBRE ES LA SOLUCION.
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