EL GENOCIDIO FASCISTA EN COMAYAGUA
Honduras, 14-02-2012
En 2004, bajo el
mismo régimen, más de 100 pandilleros fueron quemados vivos, en otra
hazaña malthusiana de limpieza humana. Los testimonios de ese momento
fueron elocuentes, el incendio fue intencional, los guardias no
quisieron abrir los portones y los dejaron morir quemados.
Los más de 370 reos quemados vivos anoche (ciudadanos hondureños de la clase desposeída), fueron asesinados por
la dictadura fascista encarnada por Porfirio Lobo (un régimen nacido y
sostenido por la fuerza de las armas, aunque la hipocresía o la cobardía
"moderna" afirme lo contrario). Nuevamente, videos, testimonios
directos y evidencias demuestran que la policía penitenciaria se negó a
abrir los portones de las celdas, los dejaron morir quemados vivos
fríamente. Es más, los esbirros abrieron fuego para evitar que algunos
reos que tenían posibilidades de salvar su vida lo lograron.
Parece que lo importante es que murieran.
Y
aunque al sentido común le parezca aberrrante, esa es una acción
coherente con las ominosas condiciones del poder en esta tierra
desdichada. Nada en esta sociedad puede abstraerse de los condicionantes de clase social.
La seguridad del sistema de injusticia y privilegio de la clase
oligárquica reside la matanza y el sometimiento terrorista de los
sometidos. Visto desde allí, el exterminio sistemático y continuo de
los dominados es un acto normal, consecuente y necesario para la
preservación del establecimiento social actual.
Alvaro Pineda
No hay comentarios:
Publicar un comentario