Fuente: Prensa Latina
Atenas,
1 dic (PL). La huelga general convocada hoy por los sindicatos griegos
constituyó una demostración del absoluto rechazo de los trabajadores
hacia los recortes y las políticas neoliberales en las que persiste el
ejecutivo de coalición encabezado por Lucas Papademos.
Pero la protesta popular fue tan clara como desdeñada por el primer
ministro, quien aprovechó la jornada para hacer llegar una carta a los
prestamistas extranjeros en la que expresa el deseo del país de
permanecer en el euro y de realizar las reformas necesarias para
conseguirlo.
Servicios públicos, ministerios, administraciones
locales y escuelas amanecieron cerrados junto a los hospitales, donde
sólo trabajaron con el personal mínimo para urgencias.
Tampoco
funcionaron el transporte público, los ferrocarriles, el transporte
marítimo y, a última hora, se unió al paro la Federación de Sindicatos
de Aviación Civil, causando la cancelación vuelos nacionales e
internacionales.
En declaraciones a la prensa, el presidente de
la Confederación de Empleados Públicos, Kostas Tsikrikas, lamentó el
creciente número de jóvenes que emigran al no encontrar trabajo en el
país y calificó las medidas del nuevo gobierno de "salvajes y
antisociales" pues provocarán miles de desempleados.
"La huelga
es contra este presupuesto de austeridad y los recortes en el gasto
social", aseguró Stathis Anestis, portavoz del mayor sindicato griego,
la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE), que
representa alrededor de 2,5 millones de afiliados.
Entre los
manifestantes fue general el rechazo tanto al nuevo gobierno como a la
política neoliberal de continuar y profundizar los recortes en las
partidas sociales, aumentar los impuestos e incrementar los despidos en
la administración pública.
"Nos engañan", afirmó a Prensa Latina
Vasilis Kritsas, un joven licenciado ahora en paro, y añadió que "la
crisis la han provocado los bancos, pero ellos son los que se están
llevando todo el dinero del Estado", ante lo cual la única solución
empezaría por negarse a pagar la deuda.
Aseguró que el nuevo
gobierno es una continuación del anterior, con la misma política que
conduce al empobrecimiento rápido y violento de las clases populares.
Para Stamatys Nikopulos, un periodista que lleva cuatro meses sin
cobrar su sueldo, el gobierno de Papademos es ilegítimo pues no ha sido
elegido por el pueblo y su único objetivo es aprobar todas las medidas
impuestas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
"A este gobierno no lo ha votado nadie", así de rotunda se expresó
Olympia, una jubilada que ha visto cómo su pensión se reducía en un 25
por ciento en los últimos tres meses, y no quiso dejar de participar en
la movilización en la calle.
Mientras aumenta el clima de
desconfianza hacia el ejecutivo de coalición, los debates en el
Parlamento continúan en su camino hacia la aprobación del presupuesto
para 2012, más drástico y contundente contra las conquistas sociales y
los ingresos de los ciudadanos.
rmh/acm
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