Unos 60 mil maestros de enseñanza primaria y secundaria realizaron este lunes un paro nacional contra la privatización de la educación en Honduras y para exigir el pago de salarios vencidos, que desde 2010 se deben a más de 3 mil educadores.
La paralización de labores, convocada por la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras, es la segunda realizada por el sector desde el inicio de este año.
Los docentes rechazan la intención del gobierno de Porfirio Lobo de transferir la responsabilidad de la enseñanza a las alcaldías, "lo cual es una máscara para privatizar lo que es del pueblo”, denunció el presidente del colegio profesional de superación magisterial de Honduras, Edwin Oliva.
Los maestros exigen al Ejecutivo el pago de salarios atrasados a tres mil docentes y también la cancelación de la deuda al Instituto Nacional de Previsión del Magisterio.
Otro objetivo del sector es exigir respeto para el Estatuto del Docente, que garantiza a los maestros el disfrute de sus derechos y dignifica su trabajo.
El paro se realizó efectivamente en 18 departamentos (estados) del país centroamericano.
Por su parte, la subgerente de recursos humanos docentes de la Secretaría de Educación, Miriam Ochoa, dijo que no pagarán los días no laborados a los maestros que se sumen a la protesta.
La jornada transcurrió pacíficamente a excepción de un incidente con la Policía Nacional hondureña, organismo que arremetió este lunes con bombas lacrimógenas en contra de los educadores que manifestaban en un tramo de la carretera de la costa atlántica del país.
El Inspector de la Policía, José Ayala, dijo por HRN, emisora local, que fue necesario el desalojo violento, pues era la única forma de dispersarlos de un supuesto bloqueo de la arteria vial.
Los maestros explicaron que se utilizaron 16 bombas lacrimógenas y hubo varios heridos. Edgar Casaña, dirigente magisterial, declaró a teleSUR que 30 maestros fueron detenidos por la policía.
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